“Heliconia Projects sitúa a Fernando Varela en el corazón cultural de Varsovia”
“Una inauguración con sala llena y la atención de las principales instituciones polacas marcó la llegada de Echoes of the Other a Varsovia.”
La apuesta de Heliconia Projects, dirigida por Elsa Maldonado Buitrón y Nicole Bainov, ha sido siempre clara: situar artistas del Caribe en escenarios donde el diálogo cultural cobra nuevas dimensiones. En septiembre, esa visión encontró una realizacion palpable de esa vision en Varsovia, con la inauguración de Echoes of the Other en el espacio de Concept 11, en pleno corazón del casco histórico.
La noche de apertura se vivió con intensidad: sala llena, expectación en el aire y la presencia de coleccionistas y representantes de instituciones polacas que confirmaron el interés real por el trabajo del dominico-uruguayo Fernando Varela al adquirir dos obras del artista para él MS1 Muzeum Sztuki de Łódź, uno de los primeros museos de arte moderno de Europa.
La Recta y la Curva como destino
En su nueva serie, Línea y Curva, Varela parte de un gesto radicalmente simple: todo punto que se desplaza en el espacio lo hace en línea recta o en curva. Pero bajo esa simplicidad se esconde un universo de tensiones. La recta encarna disciplina, rigor y control; la curva, en cambio, fluidez, vulnerabilidad, entrega. En el vaivén entre ambas emerge una metáfora de la existencia: el pulso constante entre razón e intuición, materia y espíritu.
Entre el silencio y la resonancia
Lo más interesante de la muestra no fue su capacidad de complacer, sino de generar preguntas. ¿Puede sostenerse una propuesta en la reiteración de un gesto tan esencial? ¿Hasta dónde la línea —recta o curva— puede ser vehículo de lo inmaterial? Varela no ofrece respuestas fáciles; su obra se mantiene en esa frontera productiva donde el orden se desborda y la geometría se convierte en metáfora de lo humano.
Varsovia como interlocutor inesperado
Situar esta exposición en Varsovia no fue un gesto casual. La ciudad, con su carga histórica y su constante reconstrucción, parece un escenario ideal para el diálogo que propone Varela: entre lo visible y lo invisible, entre lo que se contiene y lo que inevitablemente se expande. Concept 11, con su arquitectura sobria y luminosa, reforzó ese carácter meditativo y convirtió la experiencia en algo más que una exposición: en una invitación a detenerse y mirar de otro modo.
En definitiva, Echoes of the Other demostró que, A veces basta con una línea —recta o curva— para tender un puente entre continentes.
